Para que la energía – chi – pueda circular de manera efectiva y no se produzca estancamientos, recomiendo que se haga el esfuerzo de retirar todo lo que se pueda considerar superfluo o de un uso poco frecuente. Acostumbramos a acumular objetos (ropa, libros, enseres en general), que nunca utilizamos y que no permiten que entre nueva energía al hogar.
Este ejercicio de desapego no es sólo físico. Sino que al eliminar todo aquello que no nos hace falta estamos trabajando también a nivel mental. Al mismo tiempo que al despejar el espacio permitimos que una nueva energía entre en nuestra casa, permitiremos que en nuestra vida puedan entrar nuevas oportunidades.
Por incidir más en el aspecto anterior, seria bueno asegurarse de que los muebles permiten un flujo de Chi fluido.
El orden y la limpieza, no sólo nos proporcionan bienestar físico, sino también juegan un importantísimo papel en nuestro bienestar psíquico: aporta seguridad, tranquilidad, capacidad de abordar nuevos proyectos.
Es importante rodearse de cosas que nos gusten, por eso, uno de los principales criterios a la hora, tanto de guardar cosas como de colocar objetos de decoración, es que sean de nuestro agrado, o que tengan un significado especial.